"Una declaración política de amor": Pema de Pilar Andreo Vila

 

 

Alemania y España

son dos países

que se quieren mutuamente,

unidos en el bello sueño de Europa.

Es un sueño romántico,

a la vez también sueño económico.

 

Mi marido escucha como hipnotizado

la lengua española

que no comprende...

Pero que le deleita.

Él es un amante de lo extranjero,

de lo incomprensible,

y el poder mágico

de estos sonidos sin significado

le apacigua, enriquece,

virifica su sed de descubrimientos,

como una visión de la naturaleza

que no necesita palabras.

 

Así me amó él,

en seguida con entusiasmo

y sin preparación alguna, tan pronto

como oyó mis sonidos,

y yo también lo amé

así y a su país,

pero de una manera muy diferente...

reflexiva, con una claridad total,

pues yo había aprendido su idioma

y lo entendía tan bien.

 

Ciertamente suenan

mi nombre y mi apellido

a islas y costas del Mediterráneo,

a castañuelas andaluzas

y sardana catalana,

pero soy un compuesto asombroso,

hecho de Galicia, Castilla

y el país vasvo, y de las once,

ahora dieciséis, regiones

de la Alemania Federal.

 

Mi morada interior está en medio,

entre estas dos grandes experiencias

de patria.

 

Extranjera sólo lo soy en parte,

como todos los que son europeos,

y soy internacional como 

los pájaros, los ángeles y las flores.

 

Algunos van a contradecirme,

pero lo digo con fé plena y ciega:

Alemania y España

son dos países

que se quieren mutuamente.